Sábado, 20 de Abril de 2024

Atlantic Review of Economics 

            Revista Atlántica de Economía

Colegio de Economistas da Coruña
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Volumen 2 Número 07: Análisis del Impacto de un Acuerdo de Libre Comercio entre la UE-Mercosur sobre el Mercado de Trabajo de España, Argentina y Brasil.

Santos M. Ruesga
Universidad Autónoma de Madrid

Jorge Carrera
Unversidad Nacional de La Plata

André M. Cunha
Universidad Federal Do Río Grande Do Sul

José Manuel García de la Cruz
Universidad Autónoma de Madrid

Rogerio Nagamine
Coordinador General de Empleo del Ministerio do Trabalho e Emprego de Brasil

Julimar da Silva Bichara
Instituto Universitario Ortega y Gasset

Reference: Received 25th April 2003; Published 28th May 2003.
ISSN 1579-1475

Este Working Paper se encuentra recogido en DOAJ - Directory of Open Access Journals http://www.doaj.org/

 

 

Abstract

Over the last few years, Mercosur has become the more dynamic extra-Community business partner of Spain, and at the same time Spain has become the main European investor in the area, and the second one globally after the U.S. But this approach is not exclusive for Spain but it is also a general tendency in the European Union. This fact is promoting a greater institutional approach between the European Union and Mercosur in view of the creation of a Free-Trade Area, as foreseen in the agreement signed between both parties in Madrid in 1995. The creation of this free-trade area will undoubtedly have significant effects on the labour market and, as a result of the greater competition promoted by the free-trade, there will be winning sectors (that will increase goods and employment) and losing sectors (that will decrease goods and employment). The aim of this work is to analyse quantitatively and qualitatively the impact of a free-trade agreement between the European Union and Mercosur on employment and labour relationships among Spain, Argentina and Brazil, and to propose policy measures allowing to relax this impact. In sectoral terms, a North-South trade relation is to be found, according to the studies of traditional patterns of international trade. That is to say, the most dynamic sectors for Spain in the trade with Mercosur countries would be those of greater technological and capital-intensive content, while for Mercosur countries, the most dynamic sectors would be those of intensive employment and commodities. In terms of employment, the results would also be positive, increasing employment in all countries analysed. In sectoral terms, sectors with greater increase in employment after the signing of the free-trade agreement would be the same that have comparative advantages in international trade. Considering these results, Spain is recommended to work together with the European Commission with the aim of expanding the offer of the dismantling of tariff barriers to Mercosur, to reduce deadlines for the process of trade liberalization- tariff and non tariff barriers- and to include Mercosur among the countries with the most liberalised preferential trade regime.

Resumen

El Mercosur se ha convertido, en los últimos años, en el socio comercial extra comunitario más dinámico de España, al tiempo que nuestro país es el principal inversor europeo en la zona y el segundo a nivel mundial, por detrás de Estados Unidos. Pero este acercamiento no es sólo exclusivo de España, sino que forma parte de una tendencia percibida también en la Unión Europea. Este hecho está promoviendo un mayor acercamiento institucional entre la Unión Europea y el Mercosur, con vías a la formación de una Zona de Libre Comercio, como se prevé en el acuerdo firmado entre ambos bloques en Madrid en 1995. La formación de dicha zona de libre comercio tendrá, sin duda, importantes efectos sobre los mercados de trabajo pues, como consecuencia de la mayor competencia promovida por el libre comercio, habrá sectores ganadores (es decir, que aumentarán el producto y el empleo) y sectores perdedores (que disminuirán el producto y el empleo).
El objetivo de este trabajo es analizar cuantitativa y cualitativamente el impacto de un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur sobre el empleo y las relaciones laborales de España, Argentina y Brasil, y proponer medidas de políticas que permitan mitigar dicho impacto.
En términos sectoriales, se caracterizaría una relación comercial del tipo norte-sur, como han estudiado los modelos tradicionales de comercio internacional, es decir: los sectores más dinámicos para España en el comercio con los países del Mercosur serían los de mayor contenido tecnológico e intensivos en capital, mientras que para los países del Mercosur, los sectores más dinámicos serían los intensivos en trabajo y materias primas.
En términos de empleo, los resultados también serían positivos, aumentando el empleo en todos los países estudiados. En términos sectoriales, los sectores con mayor incremento del empleo después de la firma del acuerdo de libre comercio serían los mismos que tienen ventajas comparativas en el comercio internacional.
Considerando estos resultados, se recomienda a España que actúe junto a la Comisión Europea con el objetivo de ampliar la oferta de desarme arancelario hacía el Mercosur, reducir los plazos del proceso de liberalización comercial, tanto en lo que se refiere a las barreras arancelarias como no arancelarias e incluir al Mercosur entre las naciones con el régimen comercial preferente más liberalizado.


1.-Introducción

   El objetivo general de trabajo es analizar el impacto de la integración entre la Unión Europea y el Mercosur sobre el empleo de España, Argentina y Brasil, y proponer directrices de políticas que permitan mitigar dichos impactos.

   Dicho objetivo general se puede desagregar en los siguientes objetivos específicos:

  1. Identificar y cuantificar los costes y beneficios económicos (comercio, producción y empleo, a nivel sectorial), para España, de la creación de una Zona de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, a través de la estimación de un modelo econométrico que nos permita analizar el efecto de la reducción de aranceles sobre los diversos sectores industriales (creación y desviación de comercio).

  2. A partir del modelo estimado en la primera etapa, identificar y cuantificar los impactos que pueden resultar en el mercado de trabajo español, en especial sobre el empleo.

  3. Identificar directrices de política económica relacionadas con el mercado de trabajo, que permitan reducir o mitigar el posible impacto negativo que puede tener la integración Unión Europea-Mercosur en el empleo de nuestro país, tanto a nivel nacional como sectorial.


2. Las Relaciones U.E.-Mercosur

   Parece evidente que el crecimiento de la importancia relativa del comercio U.E.-Mercosur está promoviendo un mayor acercamiento institucional que puede redundar en un acuerdo de integración comercial entre ambos bloque regionales. Tanto en términos de flujos comerciales como de inversiones directas, el Mercosur constituye uno de los principales destinos de España, fuera de la U.E. Una mayor integración de la U.E. con el Mercosur tendrá, por tanto, indudable impacto en la economía y sociedad española. Es razonable, por tanto, preocuparse por los efectos que dicha integración tendrá sobre uno de los problemas cruciales de la economía española, el desempleo .

   Con este objetivo en mente, la primera parte de este epígrafe se dedica a plasmar el peso de las relaciones con el Mercosur para España y la U.E.; en segundo lugar, a realizar una revisión de los acuerdos alcanzados hasta ahora, desde un punto de vista institucional, entre la U.E. y el Mercosur para, finalmente, discutir el estado actual de análisis de este problema, desde un punto de vista general y en relación al empleo.

  La U.E. constituye el principal socio comercial del Mercosur. En el año 2000, una tercera parte de las exportaciones e importaciones extra Mercosur se destinaron a la U.E., lo que la sitúa por encima de los EE.UU, que representan el 20 por ciento de las ventas y el 27 por ciento de las compras extra Mercosur.
En sentido contrario, en la misma fecha el comercio con el Mercosur apenas representó un 3,9 por ciento de las exportaciones y un 3,2 por ciento de las importaciones extra-comunitarias (Direction of Trade Statistics Yearbook, 2001), no obstante, es el socio comercial más dinámico, con tasas de crecimiento de las exportaciones extra-comunitarias del 16 por ciento anual, muy superior a cualquier otra región o país. Por otro lado, las compras de la UE al Mercosur han crecido apenas un 3,2 por ciento anual. Este resultado ha transformado la relación U.E.-MERCOSUR, que en 1990 era deficitaria para la U.E. y que ahora pasa a registrar un superávit por valor de 4,13 miles de millones de dólares.
Por zonas, un 64,5 por ciento de las ventas de la UE al Mercosur se dirigieron a Brasil y un 30,3 por ciento a Argentina, mientras que un 75,6 por ciento de las compras de la UE provenientes del Mercosur procedieron de Brasil y un 20,9 por ciento de Argentina.

   El peso del Mercosur en el comercio extra-comunitario de España es mayor que para la UE. En 2000, según los datos del Direction of Trade Statistics Yearbook (2001), un 9,4 por ciento de las exportaciones y un 5,7 por ciento de la importaciones extra comunitarias de España son con el Mercosur, lo que representa el 10,18 por ciento de todas las exportaciones de la U.E. al Mercosur. Dichos porcentajes equivalen al 40,6 por ciento del total de ventas españolas en América Latina y al 43,6 por ciento de las compras.

   Por otra parte, una porción significativa del comercio del Mercosur con la U.E. tiene como origen o destino España. En el año señalado, el Mercosur destinó un 4,6 por ciento de sus exportaciones y un 3,1 por ciento de sus importaciones extra-regionales a España, lo que equivale, en términos relativos, al 13,7 por ciento de las exportaciones totales del Mercosur a la UE y el 9,2 por ciento de las importaciones totales del Mercosur provenientes de la UE.

   La distribución del comercio de España con el Mercosur está también bastante concentrado en Argentina y Brasil, de modo que el 45,3 por ciento de las ventas al Mercosur se dirigieron a Argentina y el 46,9 por ciento a Brasil, mientras que un 45,3 por ciento de las compras provenientes del Mercosur procedieron de Argentina y un 33,5 por ciento de Brasil.
  El Mercosur también es el socio comercial más dinámico de la exportaciones españolas. Entre 1990 y 2000 las exportaciones españolas hacia este bloque regional se multiplicaron por 6, resultado muy superior al crecimiento experimentado por cualquier otra región o país. Las importaciones, por el contrario, han registrado una tasa de crecimiento de apenas un 92 por ciento a lo largo de estos años, lo que ha provocado que los países del Mercosur mantengan un déficit comercial de 484 millones de dólares con España, equivalente a un 11,7 por ciento del superávit comunitario. Este resultado es más importante si se tiene en cuenta que en 1990 España tenía un déficit comercial de 1.143 millones de dólares con el Mercosur y fue deficitaria hasta 1995.

   Pero la importancia de las relaciones entre España y el Mercosur, sobre todo en los casos de Argentina y Brasil, no se limita a los intercambios comerciales. España se ha convertido en el primer inversor de la UE y el segundo del mundo en la región, destinando a ella cerca del 41 por ciento de sus inversiones en el exterior, concentrándose en pocos sectores, en general servicios de telecomunicaciones, financieros e infraestructura.
   Entre 1990 y 2000, mientras que las inversiones españolas en Latinoamérica se multiplicaron por 35, dicho ratio se eleva a 49 cuando consideramos tan sólo el Mercosur. En 1990, apenas el 9 por ciento de las inversiones directas españolas en el exterior tenía como destino Latinoamérica y, sin embargo, en 1998 casi el 70 por ciento de las mismas tiene como destino dicha región. En este último año, el 41,5 de toda la inversión española en el exterior se destinó a los países del Mercosur, principalmente Brasil y Argentina, donde España se situó como segundo y primer inversor extranjero, respectivamente (DGTE, 1999).

   Por lo tanto, el Mercosur, y sobre todo, Argentina y Brasil, se han convertido en un punto de referencia obligada en el análisis de los intercambios comerciales de la U.E., pero de forma muy significativa de España. Los intercambios comerciales de España con este bloque comercial son más significativos que para la media Europea, como también lo es la presencia de empresas españolas en las inversiones directas recibidas por los países integrantes del Mercosur. Esta situación ha inducido a la U.E. a profundizar en el acercamiento institucional entre ambos bloques, como se describe a continuación.


3. El Acercamiento Institucional entre la U.E: y Mercosur


   Continuando con la revisión secuencial de las relaciones institucionales entre la Unión Europea, en especial de España, y el Mercosur que se sintetizaron en el capítulo anterior, cabe insistir en cómo se han intensificado en los años 90 (véase tabla 1) como consecuencia tanto del crecimiento de los flujos comerciales como de la inversión directa, provocando un mayor acercamiento institucional entre los dos bloques que incluye la firma de acuerdos con el objetivo de alcanzar un Área de Libre Comercio (llamada Asociación Interregional) entre la Unión Europea y el Mercosur.

   Como se ha señalado, el primer encuentro entre Europa y América Latina realizado en Roma en 1990, el primer hito en los acuerdos bilaterales entre la U.E. y el Mercosur, lo constituye la firma, en Guimaraes (Portugal), en 1992, del Acuerdo de Cooperación Interinstitucional. En este encuentro el tema central de discusión fue sobre formas de solucionar la Crisis en América Central, sin embargo, también se discutió sobre temas relacionados con la economía donde se acordó empezar una cooperación técnica y las operaciones del Banco Europeo de Inversiones en los países latinoamericanos. En este sentido se establecieron acuerdos específicos sobre el intercambio de experiencias profesionales y asistencia técnica, al tiempo que se definían algunas cuestiones centrales para futuras discusiones, en especial, las relacionadas con el sector agrícola, los aspectos técnicos del comercio y las aduanas.

   El siguiente paso relevante en el avance en la relación entre los dos bloques tuvo lugar en Madrid, en 1995, donde se firma el Acuerdo Marco de Cooperación Interregional entre la UE y el Mercosur, considerado como el marco regulador fundamental de las relaciones entre los dos bloques. En esta ocasión se crearon varios instrumentos de negociación relacionados con aspectos económicos, científicos, industriales, culturales, institucionales y políticos. En la reunión de Madrid se configuró como objetivo principal de los acuerdos alcanzados promover el fortalecimiento de las relaciones económicas, de todo orden, recíprocas. Se pretendía con ello favorecer el incremento y la diversificación del comercio entre las dos áreas geográficas y promover las condiciones adecuadas para establecer en un futuro no muy lejano una Zona de Libre Comercio interregional entre la UE y el Mercosur. Para cumplir con estos objetivos se crearon tres órganos, de composición paritaria bipartita, por parte de ambos bloques: el Consejo de Cooperación entre la UE y el Mercosur, el Comité de Cooperación Conjunta y el Subcomité de Comercio, para tratar de temas relacionados con el comercio de mercancías, servicios y normativa y disciplina comercial.

  Este acuerdo tenía como principal objetivo "intensificar sus relaciones de forma a aumentar el crecimiento y la diversificación de las relaciones comerciales, prepara una subsiguiente liberalización comercial, de manera gradual y recíproca, y promover las condiciones a favor de la implantación de una asociación interregional, considerando ciertos productos sensibles y las reglas de una de la OMC".
   En julio de 1998, la Comisión Europea propuso al Consejo de la UE iniciar formalmente negociaciones tendentes a desarrollar una Asociación Inter-regional con el Mercosur fundada en tres capítulos: una asociación política y de seguridad; una cooperación económica e institucional; y el establecimiento de una zona de libre comercio de bienes y servicios.
  En torno a estos puntos se organizó la discusión en la Cumbre de Río, celebrada los días 28 y 29 de junio de 1999, con la participación de 48 países de la UE y de la América Latina y Caribe. El principal avance de esta Cumbre fue el relativo a las relaciones comerciales entre la UE, Mercosur y Chile, acordándose la puesta en marcha de un proceso de liberalización gradual y recíproca, incluyendo todos los sectores. Refrendando este acuerdo, los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea y del Mercosur lanzaron un comunicado conjunto donde reafirmaron los compromisos establecidos en el Acuerdo de Madrid, la decisión de la UE y del Mercosur de iniciar las negociaciones para la liberalización bilateral, progresiva y recíproca de su comercio, sin excluir ningún sector y dentro de las normas de la OMC.
  Con posterioridad se celebró una reunión del Consejo de Cooperación UE-Mercosur durante el mes de noviembre de 1999, con el fin de realizar propuestas sobre la definición de la estructura, metodología y calendario de las negociaciones. En dicha reunión, celebrada en Bruselas, el Consejo de Cooperación estableció los primeros elementos relacionados con la estructura, metodología y calendario de las negociaciones destinadas a establecer una Asociación Interregional entre la UE y el Mercosur.
A partir de ahí las reuniones entre los dos bloques tendentes a la consolidación de un acuerdo de libre comercio han sido cada vez más frecuentes, incluyendo siete rondas de negociaciones. El principal fórum de negociación es el Comité Birregional de Negociación UE-Mercosur (CBN), al que están asociados el Subcomité de Cooperación (SCC), tres subgrupos sobre cooperación en áreas específicas y tres Grupos de Trabajo (GT), uno de los cuales estudia la cuestión comercial.

   Las diferentes rondas de negociación entre los bloques a través de los foros de discusión y negociación tenían el objetivo de intercambiar información, cooperar y establecer las bases para un futuro acuerdo de libre comercio. En poco más de un año se produjeron significativos avances en materia comercial, en tanto que en julio de 2001, la Unión Europea, durante la V Ronda de negociaciones, presentó una propuesta de reducción arancelaria para los bloques, incluyendo todos los sectores (incluso el agrícola). La propuesta prevé una reducción gradual de los aranceles en 10 años.



   En la Cumbre de Madrid, en mayo de 2002, se avanzó muy poco hacia el objetivo de una zona de libre comercio Inter-regional, lo que se puede considerar normal dado el momento crítico por el que atraviesa el Mercosur, por la crisis argentina, las elecciones presidenciales en Brasil y el tiempo que se necesita para elaborar una contra-propuesta de desarme arancelario. En todo caso, el comunicado conjunto "destaca los avances registrados hasta el momento, en particular la discusión de textos de negociación comunes y la presentación de las respectivas propuestas en materia arancelaria"; y "que el objetivo final del proceso negociador es obtener un mayor acceso efectivo a sus respectivos mercados, basándose en unaliberalización gradual y recíproca del comercio y en conformidad con las reglas del GATT/OMC.
   Este avance en las negociaciones entre los dos bloques constituye un elemento central en la construcción de una relación más dinámica entre las dos partes, en la promoción de sus procesos de integración y en el fortalecimiento del sistema multilateral de comercio. Parece pues, a tenor del proceso de consolidación de las relaciones institucionales, que existe una clara voluntad de alcanzar una asociación interregional de contenido fundamentalmente comercial entre ambas áreas económicas. Es en esta perspectiva en la que resulta relevante establecer hipótesis sobre sus posibles efectos de todo orden, con el fin de redirigir el proceso hacia un escenario que maximice el bienestar para ambas regiones.


4. La Propuesta de Desarme Arancelario de la Unión Europea 1


  Según información de la Comisión Europea, la propuesta de desarme arancelario presentada por la Unión Europea hacia el Mercosur establece que las negociaciones deben comprender tanto los aranceles como las barreras no arancelarias (BNA), para asegurar un efectivo acceso a los mercados.
  También presenta un cronograma de reducción de aranceles lineal, con plazos establecidos e igual tanto para los productos clasificados como productos industriales como para los productos pesqueros, agrícolas y agroindustriales.
   El cronograma establece 6 categorías de productos con los respectivos plazos de reducción arancelaria, como se observa en la tabla 3.

   En lo que respecta a las barreras no arancelarias, la propuesta de la UE prevé la eliminación de restricciones cuantitativas al comercio bilateral una vez que el Acuerdo entre en vigor. Sin embargo, las cláusulas de trato nacional aplicables a las regulaciones e impuestos internos no serán un impedimento para el pago de subsidios a productos nacionales.

   I.- Productos agrícolas

   La propuesta de la UE sobre los productos agrícolas puede resumirse en 6 categorías:

   · 1ª. Categoría: liberalización inmediata y total de los derechos. Se trata esencialmente de frutas frescas, algunos aceites y materias grasas.
   · 2ª. Categoría: los derechos arancelarios se eliminarán en 4 etapas en un período de 4 años. Se trata de la carne de caballo, frutas, legumbres, algunos aceites, flores, bulbos, etc.
   · 3ª. Categoría: eliminación de los derechos arancelarios en 7 años en 7 etapas para frutas y legumbres procesadas, jugos de frutas, carne de pollo procesada, etc.
   · 4ª. Categoría: eliminación de los derechos en 10 años, en 10 etapas, de carne de cerdo, jamón, miel, carne enlatada, frutas y legumbres procesadas, etc.
   · 5ª. Categoría: productos agrícolas procesados y pesqueros cuyas modalidades de liberalización aún no han sido definidas. Se refiere a los productos más sensibles cubiertos por derecho ad valorem y específico como el sector de los cereales, aceite de oliva, productos lácteos, carnes, tabaco, azúcar y algunas frutas y legumbres procesadas.
   · 6ª. Categoría: productos excluidos de la oferta, pero sujetos a concesiones de contingente arancelarios (diversos productos agrícolas, agroindustriales y pesqueros) o sujetos a negociaciones específicas (vinos).

   II.- Productos industriales

  Según la Comisión Europea, en el año 2000, la UE importaba por valor de 8,8 mil millones de Euros, de los cuales 4,7 (53 por ciento) entran sin ningún derecho y el resto, 4,1 (47 por ciento), están sometidos a derechos arancelarios.
  La oferta de la UE al Mercosur cubre el 100 por ciento de los productos industriales con la eliminación completa de los aranceles en un período de 10 años. Sin embargo, la casi totalidad se libera en los primeros siete años: en la primera etapa se eliminan los derechos arancelarios que afectan a un volumen de comercio con un valor de 780 millones de euros, en la segunda de 980 millones, en la tercera de dos mil millones y en la última de 370 millones.
   La liberalización se efectuará, por tanto, en 4 etapas por categoría de producto con la inmediata eliminación de los derechos por un valor comercial de 780 millones de Euros.

   III. - Servicios

  Actualmente los Servicios representan sólo un 20 por ciento del total del intercambio UE-Mercosur, mientras este sector constituye entre el 50 y el 80 por ciento de las economías nacionales: un acuerdo en materia de servicios tiene una gran potencialidad para ambas partes.
   La UE propone que todos los servicios formen parte de un Acuerdo de Libre Comercio con una liberalización sustancial desde la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación UE-Mercosur.
   Sin embargo, la oferta excluye de forma explícita del ámbito del acuerdo los servicios audiovisuales, el cabotaje marítimo y los servicios de transporte aéreo nacional e internacional. Por otro lado, el acuerdo no debe afectar a los subsidios concedidos por las partes. Además, la propuesta propone un trato diferenciado y específico a los servicios de telecomunicaciones, a los servicios financieros y al transporte marítimo, que son objeto de anexos sectoriales.

   IV. - Compras públicas

   La oferta de la UE prevé la apertura de las compras públicas de bienes, servicios y trabajos a nivel central y local, incluyendo también a las empresas públicas. Es decir, rechaza la discriminación entre proveedores de bienes y servicios apoyándose en criterios de origen del capital de la empresas o de origen (país de producción) de los bienes y servicios que se suministran y, en la calificación y selección de proveedores, en la evaluación de las propuestas y otorgamiento de los contratos.
  En resumen, la oferta presentada por la UE es bastante modesta, especialmente en el área de productos agrícolas y de los productos de la industria alimentaria, poniendo de manifiesto los límites de la capacidad negociadora de la Comisión Europea en materia comercial cuando se refiere a temas relacionados con la política agrícola común.
   Esa dificultad entraña una serie de problemas para las exportaciones del Mercosur, toda vez que sus principales productos de exportación son los agrícolas o de la industria alimentaria. Según el estudio del Observatorio de la Globalización (2002), Serie Mercosur nº 9, los problemas más significativos a los que ha de hacer frente con este tipo de propuestas, son, al menos, tres:

   1. La distinción entre aranceles y otras medidas ad valorem y derechos específicos, limitando la reducción a los primeros, que son menos relevantes que los últimos, como mecanismo de protección para la producción agrícola y agroindustrial europeas;
   2. La introducción de una categoría de productos - la categoría 5ª - en la que se proponen reducciones arancelarias sin explicar las reglas para las mismas;
   3. El mantenimiento del mecanismo de precios de entrada en la UE, para los productos agrarios, aún cuando los productos tengan una reducción de sus aranceles ad valorem.
Además, como el Mercosur sólo utiliza aranceles ad valorem en su política arancelaria, la reducción de éstos implicaría la eliminación integral de la protección, en contraste con lo que ofrece la UE para parte de los productos agrícolas y agroindustriales.


5. La Propuesta de Desarme Arancelario del Mercosur 2


   El Mercosur presentó su propuesta de desarme arancelario en la reunión birregional de Bruselas, realizada en octubre de 2001. Esta oferta también es muy modesta y responde a la estrategia de negociación presentada por la Unión Europea.
   La propuesta del Mercosur presenta tres áreas distintas: reducción arancelaria de bienes; un capítulo normativo sobre comercio de bienes y un capítulo sobre servicios y compras públicas.
   La oferta de reducción arancelaria del Mercosur presenta un cronograma de reducción arancelaria que incluye sólo una parcela pequeña de las mercancías comercializadas entre ambos bloque y una serie de condiciones restrictivas que pueden dificultar el proceso de negociación.
   La oferta de reducción arancelaria prevé la vigencia de dos cronogramas distintos: para las importaciones por parte de la UE, debe seguirse el cronograma que consta en la oferta europea; para las importaciones por parte del Mercosur, debe utilizarse el cronograma que se observa en la tabla 4.

  Como se puede observar, la oferta del Mercosur concentra gran parte de la reducción arancelaria en los últimos cinco años. Por otro lado, los productos comprendidos en las categorías 1ª a 5ª corresponden a menos del 40 por ciento del total de las partidas arancelarias de la Nomenclatura Común del Mercosur y, además, en términos del flujo de comercio, corresponden a sólo el 33 por ciento de la media anual de las importaciones del Mercosur provenientes de la Unión Europea en el período 1998-2000.
   La limitada oferta del Mercosur queda todavía más clara cuando se analiza el volumen de comercio en cada categoría: Los productos clasificados en la Categoría 1ª (eliminación arancelaria inmediata) representaron el 8,7 por ciento del promedio anual de importaciones del Mercosur en ese periodo; los de la Categoría 2ª (reducción arancelaria en 8 años), el 5 por ciento del promedio de importaciones; y los de las Categorías 3ª, 4ª y 5ª juntos (reducción arancelaria en 10 años), el 19,4 por ciento del promedio de las importaciones.

  Los demás productos, que representan cerca del 66 por ciento de las importaciones del Mercosur provenientes de la Unión Europea, no tienen una oferta de reducción arancelaria definida. Se espera que el cronograma de reducción arancelaria de estos productos sean definidos en el proceso de negociación.
Las condiciones restrictivas presentadas en la propuesta del Mercosur y que pueden inviabilizar su oferta, según el Observatorio de la Globalización, Serie Mercosur nº 9 (febrero de 2002), son las siguientes:

   1. Trato especial y diferenciado a favor de los países del Mercosur;
   2. El programa de reducción arancelaria debe incluir los aranceles ad valorem, los derechos específicos, los mixtos y cualquier otro gravamen de efecto equivalente;
   3. Previsión de mecanismos de protección para la industria naciente;
   4. Acceso efectivo al mercado europeo de ciertos productos que serán determinados por el Mercosur. Previsión de contingentes únicamente para el período de transición;
   5. La no-aplicación del sistema de precios de entrada a los productos del Mercosur;
  6. Reducción de los "picos" arancelarios europeos desde el momento en que se inicie la reducción arancelaria;
   7. Negociación y firma de acuerdos bilaterales de equivalencia de medidas sanitarias y fitosanitarias;
   8. Negociación de un sistema de reconocimiento mutuo de certificación de productos;
   9. La no-aplicación de subsidios a la exportación o de medidas de efecto equivalente en el comercio recíproco;
  10. Creación de un mecanismo específico de salvaguardias al amparo del Acuerdo y no-aplicación de las salvaguardias agrícolas especiales en el comercio recíproco; y
   11. Creación de un mecanismo de compensación de las medidas de ayuda interna.

   Otro elemento de la oferta del Mercosur se refiere a un capítulo normativo relativo a los bienes. Merece la pena destacar las siguientes propuestas, según el Observatorio de la Globalización, Serie Mercosur nº 9 (febrero de 2002) :

  1. Reciprocidad asimétrica favorable al Mercosur en los esquemas de liberalización y en ciertas disciplinas comerciales, como en antidumping y cláusulas de salvaguardia;
   2. negociación de todos los tipos de derechos arancelarios y medidas no-arancelarias, además de la eliminación de los subsidios y medidas de apoyo interno;
   3. introducción de "cláusulas de desarrollo": posibilidad de introducción de nuevos aranceles para bienes que vayan a ser producidos en el Mercosur y mantenimiento del régimen de drawback en el Mercosur; y
  4. reglas específicas para preservar los intereses del Mercosur ante la adhesión de nuevos miembros a la Unión Europea.

   El último componente de la oferta del Mercosur se refiere al sector de servicios y compras públicas. En este apartado dicha propuesta se limita a seguir el esquema de negociación que se está realizando en el entorno del GATS.


6. El Futuro de las Negociaciones 3


   El proceso de negociación entre la UE y el Mercosur a lo largo de estos últimos años puede ser considerado como positivo. El inicio de las negociaciones aparece como resultado de la presentación de ofertas, por ambos, de liberalización comercial en el área de bienes. Sin alardes y pese a la timidez de las dos propuestas en el área de bienes, la UE y el Mercosur parecen trabajar cada vez más con la hipótesis implícita de que el objetivo del Acuerdo que negocian es el establecimiento de un área de libre comercio, aunque con largos plazos de transición. La agenda de negociaciones (que también incluye normas comerciales, servicios, compras públicas, inversiones, facilitación de los negocios y políticas de competencia) es típica de los objetivos de las áreas de libre comercio de nueva generación (posteriores al Tratado de Libre Comercio de Norteamérica).

  Sin embargo, la falta de consenso sobre los métodos y modalidades de liberalización en el proceso de negociación va a exigir rondas de negociaciones en el futuro para equilibrar las ofertas. Cada parte formuló su oferta con entera libertad - ya que no hubo acuerdo previo sobre qué parámetros debían obedecer dichas ofertas- y ello ha multiplicado las condiciones que "salvaguardan" las ofertas presentadas.
  Por otro lado, la negociación con la UE ejerce un papel muy importante para el futuro del Mercosur, especialmente en los momentos de incertidumbre interna acerca de continuidad del proyecto de integración y del futuro de las relaciones. Las crisis internas a cada país del Mercosur obliga a los políticos a olvidarse del contexto regional y a preocuparse solamente por el entorno nacional, en este sentido, las negociaciones externas (como en este caso, con la UE) representan prácticamente el único campo en que los países miembros del Mercosur pueden ejercitar la negociación interna y la formación de consensos, por más difícil que esto pueda resultar.
   En este sentido, está claro que, a pesar de esta evolución positiva, es innegable que la dinámica de las negociaciones birregionales continuará estando, en 2003 y 2004, fuertemente influenciada tanto por la evolución de las políticas nacionales en el Mercosur y en la Unión Europea como por procesos externos a las relaciones birregionales, como las negociaciones multilaterales en la OMC, la evolución del proyecto de formación del ALCA o la ampliación de la Unión Europea.


7. Barreras Arancelarias


   La Comunidad Europea tiene un arancel externo común compuesto por diversos tipos de aranceles, que vale la pena mostrar para reflejar lo poco transparente de su estructura arancelaria. Así existen:

   i) aranceles ad valorem;
  ii) aranceles específicos, que corresponden a sumas fijas por unidad, peso o volumen;
  iii) aranceles mixtos que combinan ad valorem y específicos;
   iv) posiciones con límites mínimos y/o máximos al arancel, como el caso de algunos tabacos, que tienen un arancel ad valorem que resulta en un importe situado dentro de un rango de valores por quintal;
   v) aranceles que varían según la época del año o estacionales, como el caso de las frutas, con ad valorem o mixtos que suelen aumentar en la época de cosecha. En algunos productos, están a su vez ponderados por precios de entrada, de modo que un menor precio de importación implica un mayor arancel;
   vi) posiciones cuyo arancel varía de acuerdo a la composición técnica de los productos, como en los alimentos transformados, donde al arancel base se le suman otros a partir de elementos agrícolas incluidos (EA), contenido de azúcar (AD S/Z) y contenido de harina (AD F/M).

   Con todo esto resulta difícil efectuar una fotografía agregada de los aranceles, para la cual se requiere una conversión en equivalentes ad valorem de todos aquellos que no lo son, conversión que no siempre se puede hacer, y en los casos en que sí es posible, la misma varía con el año considerado y el precio que se toma como referencia.
  Esto hace que la estructura arancelaria que se utiliza habitualmente no refleje de forma transparente el nivel de protección global y sectorial, lo cual complica cualquier negociación arancelaria, bien para la elección de los mecanismos de reducción como para el análisis de los impactos a nivel de producto.
   En la tabla que sigue se presentan los promedios arancelarios después del correspondiente proceso de conversión en equivalentes ad valorem. La UE tiene en promedio un arancel de 6,9 por ciento. Mientras en los rubros agrícolas es de 17,3 por ciento, en los demás es de sólo 4,5 por ciento, lo cual muestra la diferencia en el grado de protección que recibe el sector agropecuario. Esta diferencia se nota también en los promedios de los ad valorem y de los equivalentes, que en los productos agroalimentarios son 9,6 por ciento y 29,9 por ciento, varias veces superiores a los correspondientes de los rubros del resto del nomenclátor arancelario.

  
  A nivel de secciones, los aranceles promedio mayores se sitúan, aparte de en productos agrarios y pesca, en textiles y calzados. También el mayor nivel de protección se puede reflejar en el porcentaje de posiciones (8 dígitos del Sistema Armonizado) con aranceles no ad valorem. En este sentido, destacan,además del agro, los productos cerámicos y vidrios, óptica y relojería.




   Para la identificación de los sectores más protegidos, también es útil revisar los picos arancelarios. Estos son aranceles altos que superan ciertos porcentajes, que varían según distintas definiciones. En OECD (1999) se considera pico al arancel superior al 15 por ciento respecto a la media (definición internacional) o al que es a 3 veces superior arancel promedio del país (definición nacional). Por disponibilidad de información, aquí se sigue el criterio de UNCTAD (2000), que los clasifica como picos cuando superan el 12 por ciento. Según se aprecia en la tabla 7, el agro concentra casi la totalidad de los aranceles altos, participación que aumenta cuando sólo se consideran los aranceles superiores a 30 por ciento.

   De los capítulos con aranceles altos, los equivalentes ad valorem máximos se registran en carne, lácteos, hortalizas, frutas, cereales, preparación de hortalizas y frutas y residuos de la industria alimentaria. Dentro de los no agroalimentarios, destacan productos químicos y albúminas.

   En algunos sectores de la UE se registra también el fenómeno del escalonamiento arancelario, esto es, aranceles que crecen a medida que aumenta el grado de elaboración de un producto a lo largo de una cadena productiva. De esta manera se favorece el procesamiento interno y se desincentiva la exportación de productos más elaborados en los países con ventajas en materias primas. Por ejemplo, esto se nota en carne, cacao, café, textiles, cuero y tabaco. En azúcar y trigo se observa el fenómeno inverso, de desescalonamiento, con aranceles promedio muy altos a la materia prima y reducciones importantes hasta llegar a artículos de confitería, galleta y panificados. Esto se verifica en sectores donde es muy alta la protección a la materia prima (OECD, 1999).



8. Barreras no Arancelarias

   Estas barreras incluyen un amplio conjunto de medidas no arancelarias que comprenden restricciones cuantitativas -v.g., cuotas a la importación, licencias, prohibiciones-, cargos no arancelarios -v.g., derechos variables, derechos antidumping y compensatorios-, políticas de gobierno -v.g., compras públicas, empresas estatales-, prácticas aduaneras -v.g., criterios de valuación, procedimientos de clasificación- y trabas técnicas -v.g., normas sanitarias y fitosanitarias, normas ambientales, etiquetado, seguridad, estándares industriales- (Deardorff y Stern, 1997). Estas barreras generan no sólo una traba adicional, sino también brindan más certeza que los aranceles en relación al objetivo de frenar el ingreso de importaciones.
   Con datos para 1999, en CNCE4 (1999) estimaron en 47 por ciento el total de posiciones del nomenclátor arancelario de la UE que registran barreras no arancelarias (BNA), y el 22 por ciento si se restringe a las BNA más importantes o "núcleo".5 De las importaciones totales de la UE para 1998, el 25 por ciento enfrentó alguna BNA y el 11 por ciento alguna BNA núcleo. Las exportaciones argentinas al mercado comunitario están muy afectadas por estas medidas, sea el total o sólo las núcleo.

   En las BNA más importantes, sobresale la participación de las cuotas arancelarias, seguida por las licencias de importación y los precios de entrada, que se vinculan con rubros agrícolas. Este es otro indicador más de la protección que recibe este sector.

  Las cuotas arancelarias restringen de manera cuantitativa la importación, pero se diferencian de las cuotas tradicionales en que fijan una cantidad máxima que no se puede superar. Estas cuotas funcionan como un arancel con dos niveles: un arancel más bajo para el volumen de importación que fija la cuota, y otro más alto para el resto de las compras.
  La UE fue abriendo estas cuotas o contingentes por diferentes motivos (OMC, 2000). Uno corresponde a los compromisos de acceso corriente y mínimo asumidos en la Ronda Uruguay: los primeros buscan que, como consecuencia de la conversión a aranceles de las barreras comerciales al agro, no se reduzcan los niveles de acceso al mercado respecto del período 1986/1988; el acceso mínimo busca que la importación no sea inferior al 5 por ciento del consumo interno en aquellos productos que estaban sujetos a barreras no arancelarias y su importación era inferior al 3 por ciento del consumo. En virtud de estos compromisos, la UE abrió 105 contingentes en el marco del Acuerdo de Agricultura de la Ronda Uruguay.
   Un segundo motivo está orientado a solucionar contenciosos comerciales, como el incremento que obtuvo la Argentina de la cuota de carne de alta calidad o Hilton, a partir de la disputa por la ayuda que la UE brindaba a las oleaginosas (ECEUR, 2000 b). Entre otros casos similares que beneficiaron a la Argentina, se destacan el de la cuota de carne vacuna congelada destinada a transformación, de entraña fina, de carne de pollo y pavo y residuos de molienda de cereales.

  El tercer motivo se vincula con las potenciales pérdidas de acceso a países que, al incorporarse a la UE, adoptaron las trabas comunitarias. Por ejemplo, a partir del ingreso de Austria, Finlandia y Suecia, se establecieron cuotas para arroz con Australia, Estados Unidos y Tailandia. Diversos productos argentinos entran por cuotas creadas o ampliadas por este motivo, como un mayor volumen en la cuota Hilton por la incorporación de Grecia, España y Portugal; la cuota de maíz y sorgo para entrar en España luego de su ingreso a la UE; y la de jugo y mosto de uva (ECEUR, 2000 b).
   Aunque, de jure no ponen límites cuantitativos al ingreso de productos, de facto pueden hacerlo de diversas maneras. Una es colocando un arancel extra-cuota en un nivel tan alto que hace muy difícil la entrada de importaciones. En la UE, el arancel promedio intra-cuota, en equivalente ad valorem, es del 8 por ciento, mientras que con la aplicación de la extra-cuota se convierte en un 45 por cien (OECD, 1999).
   A su vez, en los casos de aranceles extra-cuota combinados, el arancel intra-cuota suele dejar de lado el componente específico, que es el que más trabas supone para la importación. Por ejemplo, el volumen de carne vacuna que ingresa por la cuota Hilton, lo hace con un arancel de 20 por ciento, mientras que las cantidades excedentes deben pagar 12,8 por ciento más un extra que varía entre 221 y 303 euros por cada cien kilogramos. O la cuota para queso Chedar, por la que se paga un arancel específico de 17,06 euros cada 100 kg., y el arancel extra-cuota es de 167,1 euros/100 kg.

  Otra manera de frenar las importaciones hace referencia a la forma en que se administra la cuota, mediante requisitos menores, como la época del año en que está vigente, el volumen permitido de cada operación, las especificaciones de la calidad, o la utilización del producto autorizado (Skully, 2000). También la administración suele limitar los países que pueden utilizar la cuota, ya que la asignación de la cuota a veces se hace a los importadores tradicionales, pero también suele efectuarse a los compradores o a empresas comercializadoras estatales, que pueden elegir el país donde efectuar la compra.
   En la UE, la mayor parte de las cuotas se asignan a los importadores, sea mediante una licencia de importación previa o por el método de orden de llegada ("first-come, first-served") (ECEUR, 2000 a y b). Algunas utilizan el método de asignación histórica a los países exportadores, como es el caso de la cuota Hilton de carne vacuna de calidad, la de entraña fina, la de carne ovina y la de ajo.

   Además de los productos agrícolas, se destacan las cuotas arancelarias para productos pesqueros, como atún, arenque, merluza plateada y bacalao, donde el volumen que ingresa por el contingente paga un arancel ad valorem inferior.
   La UE también aplica cláusulas de salvaguardia especial a productos agrícolas en el marco del acuerdo de Agricultura de la OMC. Estas medidas permiten imponer derechos de importación adicionales cuando las compras superan cierto volumen o cuando el precio de la importación cae por debajo de cierto nivel de referencia. La UE registra aplicaciones de estas salvaguardias a carne de aves, algunos productos de azúcar, hortalizas -tomates, pepinos- y frutas -mandarinas, limones, manzanas y peras- (OMC, 2000). Pero, por los compromisos de la Ronda Uruguay, puede emplearla en un conjunto más amplio de productos agrícolas.

  Otro sector sujeto a restricciones cuantitativas es el textil, donde en el marco del Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido de la OMC, la UE mantiene contingentes bilaterales para importaciones procedentes de diversos países asiáticos, Argentina, Brasil y Perú. Estas trabas deberán eliminarse el 31 de diciembre de 2004. La Argentina tiene cuotas en hilados de algodón y tejidos de algodón, donde presenta un bajo nivel de utilización, lo cual se debería a que los importadores europeos prefieren comprar productos de países que no tienen estas restricciones a fin de no tener que hacer el trámite de obtención de una licencia de importación (Embajadas del Mercosur, 2000).
   Entre las BNA tradicionales, la UE también recurre a los derechos antidumping, en especial productos siderúrgicos, químicos y electrónicos, y donde la mayoría recayó en importaciones provenientes de China, Rusia, Polonia, India, Tailandia, Japón y Corea. Del Mercosur sólo fue perjudicado Brasil. En cambio, recurre mucho menos a los derechos compensatorios (OMC, 2000; Embajadas del Mercosur, 2000).
  Por último, las normas técnicas constituyen una traba no arancelaria de uso creciente, que permite un empleo menos transparente y más sujeto a la discrecionalidad de la autoridad comunitaria. Su papel como requisito de acceso aumenta a medida que las negociaciones comerciales multilaterales, regionales y bilaterales van reduciendo los aranceles y sujetando a las BNA tradicionales a reglas comunes.
  Esto se observa de manera especial en los productos agrícolas, donde cada vez se incrementan más las medidas relacionadas con la inocuidad de los alimentos, sea con requisitos sobre los productos como también respecto de su forma de elaboración y del resto del proceso productivo. En el mismo sentido, se inscriben las medidas de etiquetado, seguimiento y verificación (EC, 2000; Pérez, 2001).
   Una manera de medir de forma conjunta las diferentes barreras de acceso a los respectivos mercados es presentada en Messerlin (2001), que la denomina tasa de protección total. Esta tasa resulta de expresar en una magnitud ad valorem agregada el resultado de la agregación de los diversos tipos de aranceles, cuotas arancelarias, restricciones voluntarias de exportación y medidas antidumping. Así, resulta que para todos los sectores la tasa de protección es del 11,7 por ciento, la cual llega al 31,7 por ciento en el caso de los rubros agrícolas (tabla 12).



9. Regímenes Preferenciales de Comercio

  La UE tiene un conjunto de regímenes preferenciales que aplica al total o a parte de las importaciones procedentes de distintos países. De tales regímenes preferenciales se excluyen a Australia, Canadá, Corea, China, Estados Unidos, Japón, Hong Kong, Nueva Zelandia y Singapur, a los cuales sólo les corresponde al arancel de Nación Más Favorecida - (NFM) (OMC, 2000).
   Así existen el régimen especial para las ex colonias de África, Caribe y el Pacífico (ACP), para los países menos desarrollados (PMD), para aquellos con los cuales la UE tiene acuerdos de libre comercio (ALC) y para los países y productos incluidos en el Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG). A su vez, según el producto, cada país puede exportar a la Comunidad a través de distintos regímenes

   Los más beneficiados son los ACP, seguidos de los menos desarrollados, los integrantes de acuerdos de libre comercio y, por último, los que sólo pueden aprovechar el SPG. La preferencia es menor en los rubros agrícolas que en el resto, y en varios capítulos del agro, donde el arancel para NMF promedio es alto, es baja la preferencia. Otra muestra de lo sensible que son ciertos sectores del agro para la política comercial.


   La aplicación conjunta de estos regímenes define una estrategia de política comercial denominada como el esquema de "eje y rayo", en tanto que la UE se configura como el eje central de las relaciones comerciales, al cual se adhieren diferentes países y en diferente grado (Messerlin, 2001). Sin embargo, el avance en esta línea significa que la política de la UE al incorporar nuevos miembros -v.g., los países de Europa central y oriental- y negociar acuerdos de libre comercio con otros, reduce los márgenes de preferencias que recibían los primeros beneficiarios de estos regímenes, disminuyendo el carácter discriminador de la política comercial, y corrige parte de los efectos de desviación de comercio que se produjeron en el inicio de la aplicación de esta política comercial de multiacuerdos preferenciales (asimétricos) por parte de la UE.


10. El Proceso de Apertura Comercial en Argentina. La Política Comercial en los noventa: la Apertura como objetivo, el Mercosur como compensación

  En las últimas décadas la política comercial argentina estuvo sujeta a un doble proceso, manifestándose en paralelo una tendencia de largo plazo que ha convivido constantemente con cambios y reversiones coyunturales.
  La tendencia de largo plazo ha estado marcada por una mayor apertura unilateral, expresada en la reducción generalizada de aranceles y barreras no arancelarias. Esta política de apertura comercial, que en general ha tenido amplio consenso académico, político y empresarial, se ha generado a partir de la paulatina obsolescencia del viejo modelo de sustitución de importaciones (Ruesga y Bichara, 2003).

   Para visualizar esta tendencia la tabla que sigue muestra la evolución del arancel externo promedio de Argentina desde 1967. Así se observa que el arancel externo se redujo desde niveles muy altos (39 por ciento al inicio del proceso de integración regional hacia 1985) hasta llegar a un piso del 13 por ciento en 2000.


  La tendencia de largo plazo muestra una reducción de los aranceles que se inicia tímidamente a mediados de los años ochenta. Adicionalmente, este proceso de reducción arancelaria se vio acompañado por una eliminación de las barreras no arancelarias. Según Nogués (2002), hacia 1986 el 47 por ciento de las líneas arancelarias estaban sujetas a licencias de importación previas, habiéndose desmantelado este instrumento en la actualidad.
   Sin embargo, la apertura se conjugó con un proceso de integración regional, que en cierto modo sirvió como una forma de contrapeso de aquella apertura unilateral. A partir de los acuerdos entre Argentina y Brasil de 1986, y de la posterior transformación de los mismos en el Tratado de Asunción que ha dado lugar al Mercosur, se produce una disminución continua de aranceles en el comercio exterior, pero con la peculiaridad de tener dos velocidades diferenciadas. Dentro del Mercosur los aranceles desaparecen de forma acelerada, mientras que hacia el exterior se converge hacia una forma imperfecta de arancel externo común.

  Así, se puede concluir que el proceso de apertura comercial en Argentina ha desarrollado dos dimensiones claramente diferenciadas. Por un lado, con los socios comerciales se lleva a cabo un proceso de desarme arancelario bilateral y a gran velocidad y, por otro, con el resto del mundo se lleva a cabo una apertura unilateral, pero más lenta.
   Sin embargo, este proceso descrito en un horizonte de largo plazo, con un ritmo descendente, no fue lineal en su aplicación, sino que estuvo alterado por distintos shocks de política comercial, derivados de diferentes intentos de corrección de los desequilibrios macroeconómicos, que se intentaban alterar con instrumentos comerciales. En particular, la política comercial se usó como sustituta imperfecta de la política cambiaria. Cada vez que el problema de la falta de competitividad se acentuaba (o se hacía más evidente) a lo largo de los noventa, a causa de algún shock externo, se recurría a medidas transitorias de política comercial para aliviar el deterioro de la balanza comercial o de la situación fiscal. Ejemplos son, entre otros, la imposición de una tasa de estadística del 10 por ciento en 1995, los avances y retrocesos con el arancel a los bienes de capital importados y el aumento arancelario a los bienes de consumo en 2001. Lo mismo ocurre con el uso de instrumentos para-arancelarios con el objetivo de proteger a la economía de competencias externas basadas en subsidios, dumping o devaluaciones competitivas. Como resultado, se constata que la política comercial no ha podido ser inmune a las presiones macroeconómicas generadas desde el sector externo de la economía. Es decir, que la política comercial ha sido "esclava" de la política macroeconómica y por lo tanto su efecto potencial sobre el crecimiento y la eficiencia económica ha estado, en el periodo de análisis, enormemente limitado.

  Pero, además de estar limitada por la situación macroeconomía, la política comercial fue unidireccional en su espíritu. Dado el impulso que desde los ochenta tienen las llamadas reformas estructurales de primera generación, la política comercial en Argentina fue sinónimo de apertura comercial. De este modo, las negociaciones multilaterales como la Ronda Uruguay o los acuerdos regionales como el Mercosur, fueron usados como confirmación del compromiso en la reducción de aranceles y la eliminación de barreras no arancelarias. Se pensaba que sin esos acuerdos las presiones, por parte de diferentes lobbies, hacia reversiones en el proceso de apertura comercial, más profundas que las causadas por los desequilibrios macroeconómicos, hubieran sido más difíciles de contener.
  No se debe dejar de citar, sin embargo, que este protagonismo secundario de la política comercial derivaba del hecho de que la estabilidad, y por extensión la convertibilidad monetaria (o viceversa), era el objetivo central de la política macroeconómica argentina.
   De lo enunciado hasta aquí se puede concluir cómo la política comercial tuvo objetivos, usos y limitaciones que cambiaron drásticamente, condicionando su funcionamiento, pero que, en última instancia y subordinándose a los objetivos prioritarios de equilibrio macroeconómico, contribuyó de modo nítido al impulso de la apertura al exterior de la economía argentina.


11. El Proceso de Apertura Comercial de Brasil


  A lo largo de los años 90 la economía brasileña experimentó un rápido proceso de liberalización y de desregulación económica (OCDE, 2001)6 .
  Según Bonelli (1993), la apertura comercial brasileña iniciada en los años 80 ha mostrado tres características básicas: (i) un cierto gradualismo; (ii) equilibrio cambiario, como forma de no perjudicar a las exportaciones y de no estimular las importaciones; y (iii) la utilización de instrumentos legales de protección no arancelaria en contra de prácticas comerciales consideradas desleales.
   El proceso de liberalización comercial fue planificado en dos fases (RBCE, 1991: 41):

   1. Creación de aranceles en sustitución de las barreras no arancelarias existentes en 1990, eliminando el control discrecional sobre las importaciones y algunos regímenes especiales de importación, con el objetivo de eliminar todas las barreras no arancelarias.
   2. Reducción gradual de los aranceles para el período 1991-1994, con el objetivo de disminuir el valor medio y la desviación típica.

   Varios instrumentos comerciales, simbólicos del período desarrollista, fueron eliminados: en 1991 desapareció la reserva de mercado en el sector de informática; en 1995, la Reforma Constitucional nº 6 acabó con la discriminación legal contra las empresas extranjeras, dándoles el mismo trato que a las nacionales. En este período, empresas estatales símbolos del proceso de industrialización fueron privatizadas. Los sectores de telecomunicaciones, siderurgia, química y petroquímica, segmentos del sector eléctrico, bancos estatales, etc., pasaron por un profundo proceso de transformaciones con el proceso de liberalización.

  Con el Mercosur, el Arancel Externo Común (AER) pasó a determinar, de modo general, la estructura y el nivel de los aranceles. El AER oscila entre el 0 y el 20 por ciento, con excepción de los productos considerados sensibles, que tienen un régimen especial (como equipos de telecomunicaciones, ordenadores, vehículos automotores y partes de estos, bienes de capital, azúcar, etc.). En los últimos años, el deterioro de las cuentas externas de los países del Mercosur ha generado secuencias de aumento-reducción-aumento de los aranceles (OCDE, 2001).
   La OMC (WTO, 2001) registró en el año 2000, para Brasil, los siguientes aranceles por sector:

  1. Agropecuaria: promedio de 9,5 por ciento, oscilando entre un mínimo de 0 y un máximo de 19 por ciento;
   2. Minerales: promedio de 6,5 por ciento, oscilando entre el mismo intervalo que para la agropecuaria;
   3. Industria de Transformación: promedio de 14 por ciento, entre 0 y 35 por ciento;

  Las desviaciones típicas se situaron entre el 3 por ciento y el 6,6 por ciento, con coeficientes de variación de 0,5 en los tres sectores, lo que denota una dispersión acorde con los objetivos de ampliar la liberalización comercial de la economía brasileña.
   A partir de los datos sistematizados por Bonelli (2002), es posible observar la estructura arancelaria (nominales, media simple) de Brasil por sectores, que disminuyó del 40 por ciento al 22 por ciento, entre 1990 y 2000. En términos de aranceles efectivos pasaron, en media, del 52 por ciento al 22 por ciento, en el mismo período. Es importante resaltar que los principales estudios citados muestran una sensible reducción de la protección comercial en Brasil, aunque los países centrales siguen adoptando medidas de restricciones al acceso a sus mercados, especialmente en los sectores intensivos en trabajo. La aparente ventaja comparativa de los países en desarrollo no se materializa.
   En el Anexo II-2 se profundiza en el análisis desagregado de la estructura arancelaria de Brasil y de su política comercial, deteniéndose en los diferentes hitos de su proceso de apertura.


12. El Impacto del Acuerdo de Libre Comercio

   I. Introducción

  La cuestión a responder es cómo una reducción de las barreras comerciales a través de la formación de un acuerdo de comercio regional puede afectar a los distintos sectores industriales, en términos de empleo, de las economías de España, Argentina y Brasil.
  La evaluación de los impactos de la formación de un acuerdo comercial requiere un cuidadoso análisis de los beneficios reales y de los posibles problemas que ésta decisión puede generar. Para ello, en primer lugar, es necesario estimar un modelo que refleje todas las variables clave a considerar.
   Metodológicamente, existen dos herramientas posibles para el análisis: el modelo de Equilibrio Parcial y el modelo de Equilibrio General Computable. El primero es útil para estimar los efectos sobre un determinado sector, mientras que el segundo, permite un análisis más global al estimar los costes y beneficios en términos de producción, empleo, comercio internacional, saldo comercial y bienestar sobre toda la economía. Ambas herramientas son complementarias y su estimación permitirá obtener información a dos niveles, uno sectorial y otro más global.

  El objetivo de este trabajo, como se ha comentado anteriormente, se restringe a estimar los efectos sobre el empleo en los sectores industriales de los países considerados. En ese sentido, y dada las restricciones existentes en cuanto a la disponibilidad de datos, sobre todo para Argentina y Brasil, que dificultan encontrar una agregación sectorial homogénea para todas las variables consideradas y para todos los componentes necesarios para estimar un modelo de equilibrio general, se optó por elaborar solamente un modelo de equilibrio parcial.
   El modelo de equilibrio parcial se centra en la evaluación de los impactos del acuerdo de libre comercio sólo en los tres países considerados y por sector industrial. No se examinan las posibles interrelaciones que pueden existir entre estos países y el entorno europeo o el resto del mundo y tampoco con los demás sectores económicos de cada país y del conjunto de países. Por ello, este análisis es parcial al considerar cada sector industrial y el grupo de países como si estuviesen aislados en un laboratorio, no evaluando los impactos externos que pueden derivarse en el resto de las economías y del mundo. Ha de entenderse, por tanto, como una primera aproximación al objeto de estudio, de gran utilidad, no obstante, por orientar futuras investigaciones en este terreno, en la medida que nos ofrece una jerarquía sectorial de impactos y, al tiempo, nos permite ir avanzando algunas recomendaciones en el terreno de la política comercial, que orienten a los propios negociadores del acuerdo.

   La metodología que se utiliza para la estimación de los efectos del acuerdo de libre comercio se basa en un modelo de equilibrio parcial (Laird & Yeats, 1986), con algunas limitaciones determinadas en función de los datos disponibles. La falta de información suficiente para calcular las elasticidades de sustitución entre los productos comercializados por los países considerados en el modelo y el resto del mundo no permite estimar el efecto de la desviación de comercio resultante del acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur, es decir, en este análisis tan solo se está estimando el efecto de creación de comercio derivado de dicho acuerdo.
   Y, una segunda limitación, debida también a la carencia de información homogénea, estriba en que, para calcular la elasticidad producto empleo, como se verá más adelante, se utiliza como proxy el cociente de la relación entre la evolución del producto y del empleo sectorial durante el período 1993.1-2001.4. Ese cálculo, aunque es válido y se utiliza con frecuencia en la literatura económica, ofrece una idea de la relación entre la producción y el empleo muy limitada, una vez que no se considera los cambios que pueden derivarse, por ejemplo, de las transformaciones tecnológicas.

   Para estimar el efecto de una reducción de los aranceles sobre el volumen de comercio, la ecuación de partida del modelo es una función de demanda de importaciones tradicional del país j referente al sector i, producido por el país k, es decir:

   Mijk = F(TCjk, PIBj) (1)
   Tal que:
   i se refiere a los sectores.
   j y k se refiere a los países.
   Mijk, se refiere a las importaciones de productos i del país j procedentes del país k.
   TCjk, se refiere al tipo de cambio real bilateral entre las monedas de los dos países, representa el precio del producto comercializado, en suma, sus variaciones reflejan los cambios habidos en el nivel de competitividad relativo bilateral.
   PIBj, se refiere al Producto Interior Bruto del país importador y representa la renta total.
  La ecuación estimada tendrá la siguiente forma funcional:
   Mijk = ß1ij + ß2ij TCjk + ß3ij PIBj + eij (2)
   Tal que los ß son los coeficientes estimados. Se trata, por lo tanto, de una función de demanda de importaciones tradicional, donde el tipo de cambio real (TC) expresa los precios o las variaciones de los precios del producto importado y el producto interno bruto (PIB), la renta total del país importador. Se espera, por lo tanto, que un aumento en el tipo de cambio, al encarecer los productos, disminuya la cantidad importada y que un aumento de la renta aumenta la cantidad demanda. Para los propósitos de este trabajo es de fundamental interés que el coeficiente ß2ij tenga buenas medidas de ajuste final, siendo estadísticamente diferente de cero y con el signo igual al esperado.

  

  En la estimación todas las variables fueron expresas en términos reales y en logarítmos7. El período de referencia es 1993.1 - 2001.4, con datos trimestrales. En función de los datos existentes y de la disponibilidad de los mismos, se hizo una desagregación en 14 sectores industriales8, agregados según los capítulos de NBM.



   Se estimó la ecuación (2) para las importaciones de Argentina y Brasil procedentes de España, y las importaciones de España procedentes de Argentina y Brasil, haciendo un total de 56 estimaciones. Con los resultados de esas estimaciones se aplica al tipo de cambio una reducción equivalente al porcentaje de los respectivos aranceles y se simula el efecto neto sobre el comercio.

   Los datos de comercio y su respectiva agregación sectorial fueron elaboradas a partir de los datos del Eurostat, clasificación NBM. Los aranceles de la Unión Europea, los mismos que utiliza España, aplicados a las importaciones procedentes del Mercosur fueron recogidas del informe de la Comisión Europea, Trade Policy Review (2002)9, y los de Argentina y Brasil de la Secretaria Ejecutiva del Mercosur.
   En ese trabajo su utilizarán los datos referentes a los aranceles, no considerando las barreras no arancelarias,10 a causa de las dificultades de establecer un cálculo adecuado y preciso. El impacto de este tipo de barreras al libre comercio puede ser significativo en la producción y el empleo, sin embargo, a parte de las dificultades para calcular los equivalentes ad valoren de las barreras no arancelarias, los últimos cálculos disponibles para las relaciones comerciales entre Argentina, Brasil y España son del principio de la década de los 90. Las alteraciones promovidas por la Ronda de Uruguay11 probablemente modifican los equivalentes ad valoren y un cálculo preciso no ha sido elaborado hasta la fecha.
   La fuente de los datos del PIB real y Tipo de Cambio Real son los respectivos Bancos Centrales. El tipo de Cambio Real ha sido deflactado a partir del Índice de precios al consumidor, siendo definido como peso argentino o real brasileño dividido por el euro.

  

  Los datos de producción industrial y de empleo sectorial para España son del INE, para Argentina del INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censo de la República Argentina) y para Brasil del IBGE (Instituto Brasileiro de Geografia e Estadísticas). Los principales resultados son:

   Los coeficientes igual a cero indican que el Tipo de Cambio no resultó significativo o no tenía el signo esperado. El resto, los que tiene valor en la tabla 20, tiene el signo esperado y su nivel de confianza por en cima del 90 por ciento. El tipo de cambio está medido en términos reales y, según la definición que se utiliza en este modelo, se espera una relación directa con las exportaciones del Mercosur, es decir, si se devalúa el tipo de cambio, aumentan las exportaciones; e indirecta con las exportaciones españolas, que corresponden a las importaciones de Argentina y Brasil.

   Política cambiaria en el Mercosur12

   La gran volatilidad cambiaria habida en los años noventa en los países del Mercosur puede estar en la base de la explicación de la no significación de algunos coeficiente para el tipo de cambio de algunas de las funciones sectoriales estimada. A este respecto, antes de desarrollar la simulación sobre los efectos del libre comercio conviene hacer un análisis de la política cambiaria seguida por Argentina y Brasil durante los años 90, donde se observa un aumento de la volatilidad. Las constantes crisis financieras internacionales y los respectivos planes de ajuste macroeconómico de Argentina (Plan de Convertibilidad) y de Brasil (Plan Real), que no fueron suficientes para alejar la inestabilidad cambiaria, explican en parte el incremento de la volatilidad cambiaria.

   Después del Plan de Convertibilidad que fijo el tipo de cambio de Argentina en términos nominales, se observa una revaluación en relación al euro hasta el tercer trimestre de 2000. Posteriormente, con el colapso del sistema, el peso de devaluó. Por lo contrario, en Brasil, el Plan Real generó una fuerte revaluación del real, que se mantiene hasta la crisis cambiaria de diciembre de 1999.En la actualidad, los dos países adoptan un régimen de libre flotación del tipo de cambio, y no se han liberado todavía de las constantes presiones cambiarias, dado la necesidad de financiación de los desequilibrios externos.
   En ese ambiente de creciente inestabilidad internacional e interna en los países en cuestión, la fluctuación cambiaria afecta negativamente al flujo de comercio y de inversiones. Eso ocurre teóricamente por medio de dos canales. En primer lugar, variaciones prolongadas del tipo de cambio pueden estimular la creación de lobbies contrarios al libre comercio y grupos que demandan políticas proteccionistas. Este es el llamado efecto indirecto. El segundo, llamado efecto directo, indica que la excesiva fluctuación del tipo de cambio disminuye el nivel de comercio al aumentar la incertidumbre sobre el mercado de cambio. Si no se anticipan con seguridad los movimientos del tipo de cambio, la volatilidad cambiaria aumentará el riesgo, llevando a los agentes económicos, que normalmente tienen aversión al riesgo, a disminuir sus actividades de importación y exportación.13 En otras palabras "buenos precios pero inestables no generan exportaciones crecientes" Carrera (2003: 2).
   En ese sentido se puede explicar parte de los coeficientes estimados en las ecuaciones de demanda de importaciones, sobre todo, para aquellos sectores en que no resultaron significativos o con el signo contrario al esperado.

  Elasticidad Producto-Empleo

  Las elasticidades producto-empleo para los países y sectores considerados fue definida como el promedio de las elasticidades anuales en el período 1993-2001.
   Para el caso de España y Argentina se estimó la elasticidad a partir de la relación entre la variación porcentual del empleo sobre el producto. Para el caso de Brasil, dada las dificultades de encontrar datos estadísticos, se utilizó el cálculo elaborado por Chahad et al (2002: 130).



  Como se puede observar, no se dispone de información suficiente para calcular las elasticidades en todos los sectores, sobre todo en el caso Argentina.
  La elasticidad producto-empleo es clave para el último paso de la estrategia de estimación. Esta información permitirá estimar el impacto sobre el empleo sectorial del acuerdo de libre comercio, puesto que nos indica cuanto incide sobre el empleo un aumento de la producción en cada sector. De esta forma, la falta de una medida para la elasticidad producto-empleo sectorial dificulta alcanzar el objetivo final de este trabajo para todos los sectores, esto es, el impacto sobre el empleo sectorial.
  Para determinar los efectos del acuerdo de libre comercio sobre el empleo la estrategia de simulación es la siguiente:
   En primer lugar, se utilizará el coeficiente estimado para el tipo de cambio real como elasticidad precio de la demanda de importaciones. El coeficiente nos permite estimar cuál es el impacto de una reducción de los aranceles sobre el nivel de intercambio comercial. Se considera, por lo tanto, que una reducción de los aranceles equivale a un aumento del tipo de cambio o, lo que es lo mismo, a una reducción del precio de importación. Como los datos utilizados en el modelo están en logaritmo, el coeficiente estimado equivale a la elasticidad demanda de importación, representado por el ß2ij de la ecuación(2).
  Esta primera etapa de la simulación indicará el efecto sobre el intercambio comercial de una reducción arancelaria por sector y país, que será calculado a partir de la siguiente ecuación:
  (Mijk t+1 - Mijk t) / Mijk t = ß2ij * Aijk (3)
 
   Tal que Aijk es el arancel y el incremento de las importaciones del país j que corresponde al incremento de las exportaciones del país k.
   El segundo paso consiste en considerar que el efecto sobre el comercio equivale a un efecto en el mismo valor y signo en el nivel de producción sectorial. Es decir, que el resultado es un aumento (o disminución) en la producción en el sector en cuestión14 en el mismo volumen que el resultado comercial, esto es:
  
  Conociendo el impacto sobre la producción sectorial de la apertura comercial se puede, utilizando las estimaciones de la elasticidad producto empleo, estimar el efecto sobre el empleo. Es decir:
  
   En donde DEik representa el incremento en el empleo y epeik la elasticidad producto empleo.

   II. Impacto sobre el comercio

   Suponiéndose el establecimiento de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, esto es, la eliminación completa de todas las barreras arancelarias al flujo de mercancías, el modelo estimado indica que las exportaciones de España podrían crecer un 34,28% (equivalente a 721 millones de euros), siendo que un 8% de este total se destinaría a Brasil y el restante, un 92%, a Argentina. Las exportaciones argentinas podrían incrementarse un 22,76% (267 millones de euros) y las brasileñas sólo un 4,50% (58 millones de euros)15. Véase tabla 22.
   Se trabaja con la hipótesis de que los sectores industriales tienen un estructura industrial de competencia imperfecta, esto es, con economías de escala y diferenciación de productos. Esta última hipótesis es la más relevante para el análisis, puesto que supone que los productos intercambiados no son sustitutos perfectos y, por lo tanto, no tiene ninguna razón teórica para suponer que un incremento de las importaciones equivale a una reducción de la producción en el mercado interno.16 Aunque esta hipótesis esta sometida también a una crítica intensa en la literatura económica, en nuestro caso puede ser plausible en los sectores para los que se realizan estimaciones de las respectivas funciones de exportación, por lo que no es incorrecto prescindir de las importaciones de cada país en la valoración del escenario inducido por el acuerdo, con el fin de estimar el empleo generado.

  En términos sectoriales y en porcentaje de incremento de las exportaciones de cada sector, se observa que la industria química y farmacéutica, de productos textiles y de máquinas y equipos eléctricos corresponden a los que podrían tener un mayor incremento porcentual en las exportaciones españolas. En el caso de Argentina, esos sectores serían el de plástico, madera y mobiliario, textil, metalúrgica y transporte. Para Brasil los mayores incrementos porcentuales se observarían en los sectores de agropecuaria y transporte. Se destaca también el incremento de las exportaciones de tabaco de España y Brasil, aunque este resultado se deriva de la poca cantidad comercializada y de las importantes barreras comerciales existentes en ambas regiones.
  Esa estratificación sectorial se mantiene cuando se analiza la contribución de cada industria en el incremento de las exportaciones derivado del libre comercio entre ambos bloques, exceptuando el sector de transporte para España, de tabaco para Brasil; para el caso de Argentina, todos los sectores tienen una contribución al incremento de las exportaciones muy pequeño, siendo el de metalurgia, con un 3,6%, el que más representaría en el crecimiento de las exportaciones tras la firma del acuerdo comercial. La diferencia analítica en relación a lo descrito en el párrafo anterior reside en que ahora se considera también la importancia relativa de cada sector en los intercambios de comercio entre los países considerados. De esa forma, hay que tener en cuenta las consideraciones realizadas anteriormente acerca del papel del tipo de cambio en las exportaciones y su influencia en el resultado de las estimaciones aquí realizadas.
   Para el caso de España se observa claramente que los sectores más dinámicos en el comercio con los países del Mercosur serían los de mayor contenido tecnológico, es decir: química y farmacia, equipos eléctricos y transporte. Para los países del Mercosur, los sectores más dinámicos serían los de agropecuaria y tabaco, lo que acabaría caracterizando un tipo de comercio tradicional norte-sur entre España y el Mercosur.


  III. Impactos sobre el empleo

  Siguiendo la estrategia de simulación definida anteriormente y utilizando los resultados del incremento de las exportaciones y las estimaciones de las elasticidades producto empleo, se pueden evaluar los impactos sobre el empleo en los tres países considerados en este estudio, de un posible acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur.
  En términos generales, se calculó el impacto sobre el empleo total a partir de dos métodos. El primero, sumando los resultados sectoriales y, el segundo, utilizando la estimación de la función de demanda de importaciones y las elasticidades para toda la economía. Como se puede observar en el tabla 23, en la primera de las simulaciones, el nivel de empleo que se generaría en España y Argentina son básicamente iguales, es decir, cerca de 116 mil empleos como resultado del aumento del comercio entre ambos países. En Brasil se generarían apenas cerca de 8 mil empleos, siendo la mayoría en el sector de transporte.
   En la segunda estimación del impacto del comercio sobre el empleo, se observa que el mayor nivel de crecimiento sería en Argentina, donde se generaría unos 494 mil empleos. Esto es, el aumento de 66 mil millones de euros en la producción en este país, con una elasticidad producto empleo de 0,74, promueve dicho nivel de crecimiento del empleo. En España ese incremento sería de 325 mil empleados y en Brasil de tan sólo 160,1 mil empleos.



   No se puede olvidar que los resultados de la simulación están relacionados con las elasticidades y las ecuaciones de demanda de importaciones estimados. Conviene, por lo tanto, se cautos a la hora de analizar estos resultados y tomarlos como una evidencia inequívoca de que los efectos del acuerdo de libre comercio serán sustancialmente positivos en ambas regiones. Lo ideal, para estudios futuros, sería refinar este análisis con la utilización de información estadística más adecuada, no disponible en estos momentos, sobre todo para Argentina y Brasil.
   En términos sectoriales, como también se puede observar en el tabla 23, la información disponible no permite realizar un análisis detallado para los países del Mercosur. Hay que insistir en la falta de información sobre los sectores agropecuario, alimentos y bebidas y tabaco, en donde se supone que residen las principales ventajas comparativas de estos países, lo que dificulta el análisis sectorial de los efectos del libre comercio sobre el empleo.
   A pesar de ello, se observa que el sector de transporte, es decir, automóviles, partes y componentes y demás medios de transporte, tendría un importante efecto positivo sobre el nivel general de empleo en ambos países, sobre todo en Argentina, donde se crearía cerca de 70 mil puestos de trabajo. Para este país también se destacan el incremento del empleo en los sectores de minerales no metálicos y plástico y caucho.
   En el caso de España, los sectores con mayor impacto sobre el empleo son los mismos en donde se produciría un mayor incremento de las exportaciones y de la producción, estos son: química y farmacia, equipos mecánicos, materiales eléctricos y electrónicos y transporte. También se destaca el nivel de crecimiento de empleo en los sectores de minerales no metálicos y plástico y caucho.
   Según se podría esperar de los resultados teóricos de la teoría tradicional de comercio internacional, los sectores con mayor impacto positivo sobre el empleo en España son aquellos en donde se supone que se tiene ventajas comparativas respecto a los países del Mercosur. Además, también corresponden a los principales sectores de exportación hacía el Mercosur.


13. Algunas recomendaciones de política económica y comercial

   A pesar de la parcialidad de los resultados obtenidos en el análisis previo, se puede concluir que la firma de un acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur redundaría en efectos positivos sobre el empleo en los tres países implicados en el estudio. En vista de ello más coherente sería plantearse, por parte de las autoridades españolas una mayor presión ante las instituciones comunitarias competentes para profundizar y, si posible, acelerar el proceso de integración comercial entre los bloques económicos, la Unión Europea y el Mercosur.
   En esta línea de actuación, España debería incentivar y proponer medidas comerciales tendentes a propiciar un acercamiento comercial más amplio y general entre ambos bloques. Es decir, que la oferta de desarme arancelario de la Unión Europea incluya todos las partidas arancelarias, incluyendo aquellas correspondientes a los productos considerados sensibles. En ese caso y considerando la oferta arancelaria de la Unión Europea (véase tabla 3) se propone:

  1. Reducción para cuatro años el período de eliminación de derechos arancelarios y no arancelarios para todos los productos agrícolas, incluyendo los de la categoría 6ª, en donde no se ha definido todavía la forma de apertura comercial.
  2. En el período de transición, eliminación de todas las barreras no arancelarias para los flujos comerciales entre ambos bloques.
   3. Incluir a los países del Mercosur entre los países que se concede régimen especial de preferencia comercial, junto con las ex colonias y los países menos desarrollados, es decir, redefinir el acuerdo con los países de África, Caribe y Pacífico (Tratado de Lomé) para incorporar a los del Mercosur.
   4. Homogeneizar las reglas de salvaguarda, anti-dumping, defensa de la competencia, exigencias fitosanitarios y reglas de origen, con el fin de hacer plenamente efectiva la propuesta 2.
   5. Incentivos a la integración económica a través de medidas de fomento al encadenamiento productivo entre empresas españolas y del Mercosur, particularmente, se debería incentivar la integración productiva de las PYMES.
   6. Fomentar la transferencia de tecnología y la cooperación en materia de I+D+I entre ambos bloques.
   7. Todo ello estaría en estrecha relación con un mayor acercamiento en la legislación que regula la movilidad de capital entre ambas áreas económicas, concretamente en lo que se refiere a la inversión directa.

   En resumen, España debería aumentar sus esfuerzos en la Comisión Europea para que se generalizase y se ampliase el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur.


14. Conclusiones

   El presente trabajo tiene el objetivo de contribuir al debate académico acerca de los posibles efectos que sobre los mercados de trabajo de Argentina, Brasil y España tendría una mayor integración de la UE y el Mercosur, concentrándose en un acuerdo de libre comercio, y proponer algunas recomendaciones para la acción política que puedan impulsar los posibles efectos positivos sobre el empleo, derivados de tal acuerdo y mitigar los negativos.
   Dicho objetivo general se ha concretado en la labor de identificar y cuantificar los costes y beneficios económicos (comercio, producción y empleo, a nivel sectorial) para España de la creación de una Zona de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, a través de la estimación de un modelo econométrico que nos ha permitido analizar el efecto de una reducción de aranceles sobre los diversos sectores industriales (creación y desviación de comercio). De este modo, se han identificado y cuantificado los impactos que pueden resultar en el mercado de trabajo español, en su conjunto, para a partir de aquí, proponer directrices de política económica y comercial.
   Para alcanzar este objetivo, dada la disponibilidad de información estadística existente, sobre todo para Argentina y Brasil, se optó por la utilización de un modelo de equilibrio parcial para estimar funciones de demanda de importación por sectores y países. Aunque se trata de un modelo estático, se mostró bastante eficiente para simular los efectos del libre comercio entre los países considerados.
   La estrategia de simulación ha consistido en dos pasos bien estructurados. En el primero, basándose en los resultados de las estimaciones de las funciones de demanda sectorial se calcula el efecto sobre el flujo bilateral de comercio de una reducción de los aranceles. Se ha considerado que una reducción de los aranceles equivalía a un aumento en el mismo nivel de los tipos de cambio, lo que representa una reducción de los precios de importación. El segundo paso se ha centrado en considerar que el efecto sobre el comercio se trasladaba, con el mismo signo y valor, a la producción sectorial. Así, utilizando cálculos de elasticidad producto empleo, se simuló el impacto sobre el empleo sectorial.
   En términos comerciales, los principales resultados alcanzados indican que el libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur sería beneficioso, en términos generales, a causa del crecimiento del flujo de comercio, incremento de la producción y, por consiguiente, del empleo. La eliminación completa de todas las barreras arancelarias al flujo de mercancías supondrían un incremento de las exportaciones españolas a Argentina y Brasil de 34,28%. Asimismo, el flujo de exportaciones de Argentina y Brasil a España se incrementaría en un 22,76% y en un 4,50%, respectivamente.
   En términos sectoriales, se observa que los sectores que más incrementarían los flujos de comercio entre los países considerados serían aquellos en donde se supone que existen ventajas comparativas, caracterizando una relación comercial del tipo norte-sur, como han estudiado los modelos tradicionales de comercio internacional. En este sentido, se observa claramente que los sectores más dinámicos para España en el comercio con los países del Mercosur serían los de mayor contenido tecnológico, intensivos en capital, mientras que para los países del Mercosur, los sectores más dinámicos son los intensivos en trabajo y materias primas. En concreto, los sectores más dinámicos para España serían los de la industria química y farmacéutica, de productos textiles y de máquinas y equipos eléctricos. En el caso de Argentina, esos sectores serían los de plástico, madera y mobiliario, textil, metalúrgica y transporte. Para Brasil los mayores incrementos porcentuales se observarían en los sectores de agropecuaria y transporte.
   En términos de empleo, los resultados también serían positivos. Sumando los resultados sectoriales, el nivel de empleo que se generaría en España y Argentina serian de cerca de 116 mil empleos; en Brasil sería de apenas cerca de 8 mil empleos. Por otro lado, considerando la estimación a partir de una sola ecuación de exportación para todos los sectores conjuntamente, el resultado es más abultado, pues se generarían 325.000 empleos en España, 494.000 empleos en Argentina y 160.000 en Brasil. Este resultado también coincide con los resultados teóricos de la teoría más tradicional del comercio internacional. Los sectores con mayor impacto positivo sobre el empleo en España son aquellos que tienen ventajas comparativas respecto a los países del Mercosur y que además, corresponden a los de mayor flujo de comercio.

   En el caso de España, los sectores con mayor impacto sobre el empleo son química y farmacia, equipos mecánicos, materiales eléctricos y electrónicos y transporte, que coinciden con los que tienen mayor dinamismo en las exportaciones. También se destaca el nivel de crecimiento de empleo en los sectores de minerales no metálicos y plástico y caucho. La dificultad de información no permitió realizar un análisis detallado para los países del Mercosur.
   Hay que destacar que los resultados de la simulación están relacionados con las elasticidades y las ecuaciones de demanda de importaciones estimadas. Conviene, por lo tanto, ser cautos a la hora de analizar estos resultados, para no tomarlos como una evidencia inequívoca de que los efectos del acuerdo de libre comercio serán sustancialmente positivos en ambas regiones. Lo ideal, para estudios futuros, sería refinar este análisis con la utilización de información estadística más adecuada, no disponible en estos momentos, sobre todo para Argentina y Brasil.
   Considerando estos resultados, se recomienda a España que actúe junto a la Comisión Europea con el objetivo de ampliar la oferta de desarme arancelario hacía el Mercosur, reducir los plazos del proceso de liberalización comercial, tanto en lo que se refiere a las barreras arancelarias como no arancelarias e incluir al Mercosur entre las naciones con el régimen comercial preferente más liberalizado, de entre los utilizados por la UE.
   Por último, cabe a España, Portugal e Italia, países con intereses económicos y culturales más fuertes en el Mercosur y América Latina como un todo, la responsabilidad de impulsar una relación económica equilibrada con el mundo. Esto significa evitar que la formación del ALCA en 2005-2006 produzca una desviación de comercio sustancial desde Europa hacia los EE.UU.. Un cambio significativo del actual status quo elevaría la participación de este último país en la estructura comercial de Latinoamérica, disminuyendo la autonomía de política económica en dichos países. Adicionalmente, al aumentar fuertemente los flujos comerciales intra-americanos el continente se convertiría en un área monetaria óptima del dólar, dando un impulso natural a una eventual dolarización de los sistemas monetarios locales.
   Sin duda, la UE se enfrenta a un importante reto en cuanto a sus relaciones económicas y comerciales con Latinoamérica en los próximos años. Y uno de los objetivos más a su alcance en este terreno estriba en intensificar los flujos comerciales y financieros con el Mercosur.

 

Notas a pié de página

1 Véase: http://europa.eu.int/comm/external_relations/mercosur/intro/ip01_963_es.htm

2 Según información del Observatorio de la Globalización, Serie Mercosur nº 9, febrero de 2002, que también es la fuente de toda la información estadística contenida en este apartada.

3 Véase: Observatorio de la Globalización, Serie Mercosur nº 9 (2002).

4 Comisión Nacional de Comercio Exterior, Argentina, Buenos Aires.

5 Las BNA núcleo son aquellas consideradas más restrictivas porque afectan directamente el comercio exterior, vía cantidad o vía precio. Incluye a las restricciones cuantitativas, como prohibiciones, cuotas, licencias de importación no automáticas, y medidas de modificación directa del precio, como aranceles variables, precios de entrada y derechos antidumping y compensatorios (Deardorff y Stern, 1997).

6 A este respecto se ha señalado que: "La ascensión del presidente Collor al poder, en 1990, inauguró el proceso de transformación económica más contundente de los últimos cuarenta años. Después de décadas con una política económica diseñada e implementada para promover la industrialización por medio de sustitución de importaciones y para sedimentar el parque industrial nacional por medio de reserva de mercado, de empresas estatales y de instrumentos cambiarios, fiscales, de créditos y de regulación, profundos cambios fueron promovidos en las políticas públicas. En pocos años se eliminó un amplio y complejo sistema de protección no arancelario y los aranceles nominales y efectivos fueron reducidos a cerca de un cuarto de lo que prevalecía en la década de los 80." (Arbache, 2002:7)

7 Para estabilizar la varianza de las variables y hacer que los estimadores sean eficientes y no sesgados.

8 Cline (1978), recomienda utilizar datos desagregados en los procesos de simulación para evitar sesgo en los resultados finales.

9 Trade Policy Review, European Union, Report by the Secretariat, 26/02/2002.

10 Se puede trabajar con esa simplificación, especialmente si se tiene en cuenta que las restricciones no arancelarias en los sectores agropecuario y alimentos y bebidas son muy elevadas en la Unión Europea. Véase el Trade Policy Review, European Union, Report by the Secretariat, 26/02/2002; Mendes, C.C. (2000) Aspectos regionais do comércio de bens entre o Brasil e a Uniao Européia, Texto para Discussao nº 705, IPEA; y Castillo, M. Reis, (2000), O sistema de preferencias comerciais da Uniao Européia, Texto para Discussao nº 742, IPEA.

11 Véase Low e Yeats (1995). A Nontariff measures and developing countries: has the Uruguay Round leveled the playing field? The World Economy, v.18, n.1, p.51-70,jan. 1995.

12 Para un análisis más detallado del régimen cambiario de los países del Mercosur y sus efectos sobre los flujos de comercio véase, entre otros, Bichara, Julimar (2002) y Carrera, J. (2003).

13 Para una revisión teórica sobre el tema véase: Bergsten y Williamson (1983), Williamson (1983), FMI (1984), Rodrik (1995), Krugman y Obstfeld (1997), Olson (1965), Eichengreen (1998), De Grauwe (1987), Hooper y Kohlhagen (1978) y Cushman (1983).

14 Como lo propone la metodología de Baldwin y Murria (1977), en donde la variación del comercio resultante de la liberalización comercial se iguala a la variación de la producción. Se está suponiendo, por otra parte, que existe capacidad ociosa, en los sectores industriales, suficiente para atender al crecimiento de la demanda proporcionado por el acuerdo de libre comercio. Esta hipótesis evita, entre otros, problemas inflacionistas. Sin embargo, lo ideal seria estimar las elasticidades de substitución entre propone Pomfret (1986), aunque Castillo et al (1999) destaca que los modelos econométricos ajustados para estimar la elasticidad de sustitución son poco confiables y son raras las tentativas de estimarlo en la literatura económica.

15 Hay que tener en cuenta que por limitaciones estadísticas a las que ya se ha hecho referencia, no se han realizado estimaciones para algunos sectores; tales sectores afectan especialmente a la estimación de las exportaciones de Brasil y Argentina, que en conjunto estarían infravaloradas.

16 Véase, Helpman y Krugman (1985) y Gandolfo (1994).

 

 

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Autor: André M. Cunha
Dirección: Universidad Federal Do Río Grande Do Sul

Autor: José Manuel García de la Cruz
Dirección: Universidad Autónoma de Madrid

Autor: Rogerio Nagamine
Dirección: Ministerio do Trabalho e Emprego de Brasil

Autor: Julimar da Silva Bichara
Dirección: Instituto Universitario Ortega y Gasset
Correo electrónico:
jdasilva@uimp.es

 

DOCUMENTOS DE TRABAJO EN ANÁLISIS ECONÓMICO (EAWP)
Derechos reservados 2002. El permiso para reproducir algún artículo está garantizado si Documentos de Trabajo en Análisis Económico lo acredita, las copias no son vendidas y es en acto de mayor difusión del documento.

Editor:
Fenando González-Laxe. (Universidade da Coruña)
Director:
Venancio Salcines. (Universidad de da Coruña)
Subdirector:
Andrés Blancas. Instituto de Investigaciones Económicas (UNAM)
Editor Asociado para America Latina:
Luis Miguel Galindo. Facultad de Ecomomía (UNAM)

 


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